Si te has propuesto empezar a entrenar en serio, te interesa conocer estos 10 consejos para no abandonar el gimnasio.
Son muchos los que empiezan en el gimnasio, pero pocos los que se mantienen a lo largo del tiempo. Las prisas por conseguir los objetivos de manera inmediata, unida a la poca experiencia en el gimnasio y a la falta del hábito del entrenamiento son los factores principales que motivan el alto índice de abandono en el gimnasio.
Antes de empezar tu aventura en el gimnasio, hay algunas cosas que debes saber. Los resultados requieren de tiempo y de dedicación y no los conseguirás de manera inmediata. Si entiendes esto y estás dispuesto a perseverar en el entrenamiento, tienes gran parte del camino ganado. Muchos creen que tendrán músculos de la noche a la mañana, y se desaniman enseguida, casi antes de empezar.
Estos 10 consejos para no abandonar el gimnasio te ayudarán a plantearte algunas preguntas básicas y a afrontar tus primeras semanas de entrenamiento de una manera realista. El éxito en el gimnasio depende sólo de ti.
1. Ponte un horario y cúmplelo
Tener un horario fijo de entrenamiento es la clave para no abandonar el gimnasio a la primera de cambio. Necesitas establecer un horario concreto de entrenamiento, siempre a la misma hora. Tu cuerpo y tu mente tienen que acostumbrarse a ir a entrenar y, si cada día vas a una hora diferente, muy pronto te surgirán inconvenientes y excusas para no ir.
Para durar en el gimnasio, debes hacer un hueco en tu vida al entrenamiento, y eso pasa por dedicarle un espacio fijo en tus horarios. Revisa bien tu agenda de actividades, mira el tiempo que tienes libre después de tus clases o del trabajo y márcate una hora, que deberás tomarte igual de en serio que un examen o que la hora de entrada a tu trabajo.
Si tienes horarios de trabajo rotativos, márcate dos horarios: una hora fija por la mañana para los días que trabajes por la tarde y una hora fija por la tarde para los días en los que tengas turno de mañana.
Respecto a tu horario de entrenamiento, debes ser muy rígido y cumplirlo a rajatabla, pase lo que pase. El objetivo es que adquieras el hábito de ir a entrenar, y eso te llevará, por lo menos, 30 días. Una vez que te hayas acostumbrado a ir al gimnasio, tu mente te avisará de que es el momento de ir a entrenar, e ir al gimnasio se habrá convertido en una actividad más en tu vida cotidiana.
2. Márcate unas metas realistas
El gran error del principiante es marcarse unas metas altísimas antes de empezar: “Quiero que se me vean los abdominales en 15 días”, “quiero perder 10 kilos esta semana”, “quiero verme como Arnold en un mes”. No es que no puedas conseguirlo sino que, simplemente, ese tipo de objetivos necesitan mucho más tiempo. Pero si te empeñas en conseguir las cosas en un pispás, lo único que vas a conseguir es una gran frustración y abandonarás el gimnasio con la primera excusa que se te ocurra.
Sé realista. ¿Qué le dirías a un amigo que acaba de empezar a estudiar la carrera de Medicina en la universidad y que te dice que quiere sacarse el título en un mes? Pues lo mismo con el gimnasio. Todo se puede conseguir en esta vida, pero necesitas tiempo.
Marcarse metas está muy bien, pero éstas deben cumplir, al menos, dos requisitos: que se puedan medir y que se puedan alcanzar en el plazo propuesto. Cuando hayas alcanzado tus primeras metas, te sentirás muy orgulloso de ti mismo y estarás motivado para plantearte nuevos objetivos y cumplirlos.
Si nunca antes has estado en el gimnasio, te puedes plantear, para empezar, ir al gimnasio tres veces a la semana, aprender la técnica de determinados ejercicios y empezar a comer sano.
3. Introduce cambios en tu vida progresivamente
El culturismo requiere de grandes dosis de dedicación, compromiso y paciencia. Cuando empieces a entrenar, te irás dando cuenta de que tienes que introducir muchos cambios en tu vida. Uno de ellos verás que es la alimentación. Si eres un fanático de la comida basura, de los refrescos, de los dulces y de las grasas, deberás ir abandonándolos para que los resultados del entrenamiento se vean en tu cuerpo.
Para tener éxito con esos nuevos cambios, debes introducirlos en tu vida poco a poco. Siento mucho aguarte la fiesta, pero en un día no vas a poder seguir la alimentación perfecta que necesitas. Lo primero que te recomiendo es que vayas eliminando tus malos hábitos poco a poco. Por ejemplo, si tomas Coca-Cola todos los días, empieza a tomarla un día sí y un día no y, cuando ya te hayas acostumbrado, puedes empezar a tomarla cada dos días hasta que logres eliminarla por completo de tu dieta.
¿Te suena el dicho “Roma no se hizo en un día”? Como todas las cosas importantes y buenas, Roma tardó en construirse mucho más. Tus hábitos son como una ciudad que hay que construir piedra a piedra. Empieza a cambiar pequeñas cosas y mantente firme. Después, sigue cambiando otras. Antes de lo que crees, habrás eliminado los malos hábitos y habrás conseguido que las nuevas costumbres hayan arraigado en ti.
4. No empieces a tomar suplementos el primer día
Es tentador, ¿verdad? ¡Hay tantos suplementos que prometen ganar músculo, perder peso, tener más fuerza!
Los suplementos están muy bien y son una ayuda muy importante en el culturismo. Pero para que te funcionen necesitas adquirir buenos hábitos y tener un poco de experiencia. Sin una buena alimentación, una buena rutina de entrenamiento y el descanso adecuado, ya te puedes comprar una tienda entera de suplementos, que no notarás nada.
Para empezar a tomar suplementos, debes tener una buena alimentación y entrenar con constancia. No sirve de nada que tomes, por ejemplo, batidos de proteína si el resto de tus comidas son un desastre. Los suplementos deportivos con, como su propio nombre indica, suplementos. Es decir, que no sustituyen comidas, sino que las complementan.
Ocúpate primero de empezar a comer bien y después plantéate qué suplementos tomar. Hacerlo al revés es comenzar la casa por el tejado y tirar el dinero.
5. Cuidado con los compañeros de entrenamiento
Un buen compañero de entrenamiento es como un tesoro. Te ayudará a entrenar, te animará cuando estés de bajón y entre los dos podréis crear un ambiente de sana competencia para mejorar cada vez más.
Pero, al igual que los tesoros, los buenos compañeros de entrenamiento son difíciles de encontrar. Empezar en el gimnasio con un amigo que no tiene ninguna experiencia puede ser un arma de doble filo. Si tu amigo no tiene mucha voluntad y le come la prisa, pronto encontrará excusas para dejar de ir al gimnasio. Lo peor de esto es que te puede arrastrar a ti, y hacer que dejes de ir a entrenar porque él no puede o por cualquier otra cosa.
Si empiezas en el gimnasio con alguien con poca experiencia, piénsatelo dos veces. Asegúrate de que de verdad tiene ganas de entrenar, que es serio con los horarios y que es capaz de superarse. Si no es así, es mejor que vayas a entrenar solo. Pronto conocerás gente en la sala de musculación que podrá echarte un cable con los ejercicios si lo necesitas. Lo importante es que no dependas de nadie para ir o no ir al gimnasio.
6. Aprende las técnicas de los ejercicios
Aprender correctamente la técnica de cada ejercicio es importante por dos razones. Una, porque evitarás lesiones tontas que te pueden fastidiar mucho. Y, otra, porque haciendo bien los ejercicios tendrás la garantía de que estás trabajando adecuadamente los grupos musculares implicados en cada movimiento.
Algunos ejercicios son más fáciles que otros y cogerás la técnica enseguida. Pero hay algunos que necesitan más tiempo de aprendizaje, como el peso muerto, las sentadillas, las dominadas y los ejercicios compuestos en general.
De nuevo, no tengas prisa. Aprenderás la técnica con la práctica y serás capaz de hacerlo cada vez mejor si perseveras. Lo mejor para aprender cómo se hace cada ejercicio es que utilices pesos bajos y te concentres en el movimiento. Repítelo varias veces durante los días que necesites hasta que estés seguro de que lo haces bien.
7. Pide ayuda al monitor de sala
Si no tienes dinero para empezar contratando un entrenador personal que supervise tu entrenamiento y tu dieta, no te preocupes. La mayoría de los gimnasios tienen monitores de sala titulados que te ayudarán a armar tus primeras rutinas y que te explicarán cómo se hace cada ejercicio.
Es fundamental que les preguntes todas tus dudas y que sigas sus consejos hasta que seas capaz de organizarte los entrenamientos tú mismo.
Seguramente, las primeras tablas de ejercicios que te mande sean muy básicas y poco emocionantes. Esto es porque necesitas que tu cuerpo se acostumbre al ejercicio y adquiera fuerza para poder acometer entrenamientos más complejos. Dentro de algún tiempo tus rutinas se irán complicando y ganarán en dificultad, pero antes debes empezar por el principio.
Anotar tus entrenamientos te puede ayudar a motivarte y a controlar tus progresos en esta primera etapa de toma de contacto con el gimnasio.
8. No vayas al gimnasio todos los días
Tu cuerpo necesita acostumbrarse a la novedad de entrenar y necesita descansar. Cuando adquieras más nivel, te darás cuenta de que el descanso sigue siendo un pilar básico para que tus músculos se desarrollen.
Para empezar, te recomiendo que vayas al gimnasio tres días a la semana en días alternos: lunes, miércoles y vienes, martes, jueves y sábados… Puedes hacerlo como quieras, pero tienes que respetar los días de descanso. Así, además de poder lidiar con las molestas agujetas de las primeras semanas, darás tiempo a tu cuerpo para que se recupere y tomarás con muchas más ganas las sesiones de entrenamiento en el gimnasio.
9. Deja el alcohol y el tabaco
El alcohol y el tabaco no te van a ayudar a conseguir tus metas.
El alcohol tiene muchas calorías y arruinará tus logros. Aunque lleves una buena dieta, los excesos con el alcohol añadirán muchas calorías extra a tu alimentación y ningún beneficio.
Si fumas, el ejercicio físico te ayudará a dejarlo. El tabaco sobrecarga tus pulmones, reduce la cantidad de oxígeno que llega al torrente sanguíneo y hace que te canses más rápido.
Este es un buen momento para que te plantees dejar a un lado los malos hábitos. Además de ahorrar dinero, te sentirás mucho mejor físicamente y alcanzarás antes tus metas en el gimnasio.
10. Desconfía de los métodos rápidos y fáciles
¿Te imaginas un método rápido y fácil para lograr un cuerpo perfecto? Si existiera algo así, seguramente las calles (y los gimnasios) estarían llenas de gente con un aspecto envidiable. Pero no es así.
Los métodos rápidos y fáciles son una estrategia de marketing para captar clientes y vender más cantidad de un producto. La realidad nos pone los pies en la tierra, y la experiencia nos enseña que no existen métodos milagrosos con los que podamos conseguir las cosas sin esfuerzo. Si quieres algo, tendrás que luchar por conseguirlo, aunque sea un poco.
Desconfía de quien te ofrezca un método rápido, fácil y sin esfuerzo para lograr tus metas en el gimnasio, porque eso no existe. Tú puedes conseguir lo que desees, pero tendrás que esforzarte e invertir tiempo y energías.
Estos 10 consejos son los fundamentales para que no abandones el gimnasio. Échale ganas, ilusión y esfuerzo y date tiempo para conseguir tus objetivos. La recompensa es muy grande y merece la pena.
Fotografía | Gettyimages